lunes, 18 de abril de 2011

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El blanco era el cristal del volteo, mas de la piedra cayeron tres palomas, de puro viento pretendimos todos, pero fueron arrolladas inmediatamente por una camión de pasajeros. Hubo una explosión indescifrable en todas la pupilas. Las plumas, que avanzaron lo que un minuto de pluma desprendida les permitía, se desperdigaron en las narices de los peatones. Nosotros, tristes y triunfantes, recogimos los cristales de paloma, los metimos al bolsillo y nuestras madres a la lavadora.

PD. No alzaron el vuelo nuestros pantalones.
PDD. Igual que los papeles, se volvieron un informe carton blanco.
PDDD. Apuntar a las palomas para romper los cristales.


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No la lágrima ni la sangre

sino aquello que escurre de algo que no es espuma

carne de sirena

fue lo que escupiò el niño naúfrago

mientras bebido

sorbía pájaros de amanecer



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